“Deber” aplaudir: nunca. Si te ha gustado, aplaude si quieres cuando acabe la obra. ¿Cómo sabes que ha acabado la obra? Hay dos trucos: o bien mirar en el programa cuántos movimientos tiene la obra y aplaudir al final o bien cuando aplauda todo el mundo. Si no te ha gustado, no aplaudas. Si te apetece aplaudir en otro momento, por nosotros no hay problema. El asunto es que en este mundillo los aplausos se rigen bajo un protocolo antiguo y difícil de cambiar y te van a chistar y mirar raro. Pero la libertad tiene este tipo de precios.