Alejandro Kreiman

Violín primero

Nacido en Buenos Aires, Argentina
Miembro 1992

Una curiosidad: “Tengo un violín que tiene una característica que lo hace único en el mundo: fue el de mi papá. No hay precio para un violín como el mío”.

Obra favorita para interpretar: Intermezzo, de Cavalleria Rusticana, de Pietro Mascagni, y La traviata, de Verdi.

Obra favorita para escuchar: La ronde des lutins, de Antonio Bazzini.

Un placer musical nada culpable: The Show Must Go On, de Queen.

Tocar en la Orquesta de la Comunidad significa la pertenencia a un organismo que se construye, permanentemente, con la voluntad y esfuerzo de sus músicos, quienes,  cuando los directores levantan la batuta, olvidamos todos los problemas de todo tipo, llevamos nuestro instrumento al hombro y nos dedicamos a nuestro arte y a nuestra profesión. Para el resto, ya habrá tiempo.

Mi recuerdo más especial: cuando ejecuté, como solista, el “Concierto de El Escorial”, de Claudio Prieto, dirigido por Miguel Groba y acompañado por la orquesta,  que fue como tocar con mis amigos. Disfruté mucho.

“Cada vez que tengo el violín al hombro siento una enorme responsabilidad”

BIOGRAFÍA

Alejandro Kreiman usa sombrero. Eso lo deja bien claro junto al hecho de que recibió de su padre las primeras enseñanzas de violín. En 1969 comienza sus estudios formales en el Conservatorio Provincial de Morón, Provincia de Buenos Aires, en su Argentina natal, siendo su profesor Edgardo Cattaruzzi, concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional.

Con apenas 20 años, en 1980, se traslada a México para incorporarse a la Orquesta Mexicana de la Juventud. En la capital azteca reside hasta 1984, teniendo la oportunidad de perfeccionar su técnica con el violinista uruguayo Jorge Risi, de quien, “aparte de las lecciones musicales, aprendí a pensar”. Lleva a cabo actividad de cámara en cuarteto y orquesta de cuerdas, con la que aborda el repertorio solista del período Barroco. También ejecuta funciones de atrilista en la Orquesta de Ópera y Ballet del Palacio de Bellas Artes (Ciudad de México) y en la Orquesta del Estado de México. Entre otras tareas, estrena su propio concierto para violín y orquesta de cuerdas, en la Sala Manuel Ponce, del Palacio de Bellas Artes.

Entre 1985 y 1989 regresa a Argentina para participar en la Orquesta Estable del Teatro Colón, la Orquesta Sinfónica Nacional y la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Realiza labores de música de cámara: en trío de violín, cello y piano y en dúo de violín y piano, actuando, entre otras salas, en el Salón Dorado del Teatro Colón.

A mediados de 1989 efectúa una breve incursión en México, como concertino de la Orquesta Filarmónica del Bajío, con sede en Guanajuato.

A partir de agosto 1990 se establece en España, donde cursa los estudios superiores de violín en el Conservatorio Padre Soler, en San Lorenzo de El Escorial, bajo la guía de la violinista Polina Kotliarskaya, así como los estudios superiores de Música de Cámara, en el Real Conservatorio Superior de Madrid, con el pianista Luis Rego.

Desde abril de 1992 es violinista de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid.

Durante su proceso de formación, ha asistido a numerosos cursos de música de cámara impartidos, entre otros, por Norbert Brainin, Shmuel Magen,  Luis Rego y Gabriel Banat, miembro de la Orquesta Filarmónica de Nueva York.

A su vez, se ha interesado por la música contemporánea ejecutando los conciertos de Manuel Enríquez (México) y Claudio Prieto (España), además de ser miembro fundador de conjunto instrumental Plural Ensemble -dirigido por Fabián Panisello- y haber participado en el Proyecto Gerhard y en el Grupo Círculo, dirigido en ambas ocasiones por José Luis Temes.

Desde el año 2000 se dedica también a la investigación y aplicación de las teorías del aprendizaje del instrumento -”Me llaman el Kafka de la literatura científica del violín”-, publicando un libro donde expone las bases de sus trabajos.